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martes, 26 de julio de 2011

AUSCHWITZ– BIRKENAU

"El trabajo nos hará libres"

Dicen que quien no conoce la historia, esta destinado a vivirla de nuevo…
Espero que no sea cierto, pero por si acaso, intentaré conocer las peores tragedias de la historia para que el destino no me convierta en su alumno.
El campo de concentración alemán nazi Auschwitz se ha convertido para el mundo el símbolo del holocausto, del genocidio y del terror.
Fue construido por los alemanes (bueno, por los prisioneros) a mediados de 1940 en las afueras de Oswiecim.
El primer transporte de prisioneros polacos fue de 728 presos y se estima que pasaron por el campo más de un millón de personas.
Más del 50% murió de hambre, por exceso de trabajo, por el enloquecedor terror, en ejecuciones, por enfermedades y epidemias, castigos, torturas y criminales experimentos médicos.
A Partir De 1942, el campo empezó a cumplir una segunda función: centro de exterminio masivo de judíos europeos.
Tras la selección se asesinaba en las cámaras de gas a la mayoría de personas ingresadas, consideradas por los médicos como no aptos para trabajar.
Entre mayo y junio de 1944, los nazis deportaron al campo cerca de 440.000 judios de Hungría.
En 1944, alrededor de 7.000 prisioneros fueron abandonados por los alemanes y liberados por los soldados del ejército rojo el 27 de enero de 1945.
Tras este pequeño resumen os mostraré las imágenes de mi visita al campo de concentración Auschwitz – Bickernau.


"... Todavía los dos permanecen juntos, a un lado el marido, al otro su mujer y su hijo.
Hay muchos otros, también personas mayores, un padre viejo y frente a él la madre tan debilitada.
También hay hermanos que con sus ojos buscan a sus tan queridas hermanas.
Nadie sabe lo que ocurrirá aquí en unos momentos. Sin embargo cada uno de ellos intuye que les espera LA SELECCION..."


Los transportes se realizaban principalmente en vagones de mercancías totalmente abarrotados.
Durante el viaje los deportados no recibían ni comidas ni bebidas. Las condiciones higiénicas eran catastróficas, en lugar de un aseo había un cubo.
Muchas personas morían ya en el traslado.
Sin embargo, los cadáveres no eran retirados de los vagones hasta que el tren llegaba a su punto de destino.


Los recién llegados eran obligados a entrar en unos edificios especiales, donde se encontraban los "baños" ("saunas").
Los presos tenían que desnudarse totalmente, y no sólo les eran arrebatados su ropa y sus objetos de valor, sino también su dignidad. "Los peluqueros" les rapaban por completo.



Esa desnudez y la pérdida del cabello significaba una primera humillación, especialmente para las mujeres.
Después de una corta ducha demasiado fría o demasiado caliente, procedían a la desinfección mediante una lejía maloliente y de color azul verdosa.
La ropa del campo así como el restante equipamiento, en vez de serles entregados, les eran lanzados de cualquier manera a los presos.


Debido al "shock del ingreso" la tasa de mortalidad era muy elevada. La supervivencia de los hombres era de unos 5 meses y de las mujeres de tres.
Zdenka Fantlová describe el shock del ingreso de la siguiente manera:
"Auschwitz fue para mí un shock tan tremendo que mis recuerdos del campo y de todo lo que viví allí, están como adormecidos.
Durante toda mi estancia allí tenía la sensación de como si alguien me hubiera golpeado en la cabeza. Durante mucho tiempo no pude comprender que todo lo que estaba viviendo, era realidad.
Dejé de pensar y de sentir.
Era la única forma que teníamos para conservar nuestra salud."


En general los niños pequeños eran asesinados inmediatamente por ser demasiado pequeños para trabajar.
Si durante la selección, una madre llevaba a su hijo en brazos, los dos eran enviados a la cámara de gas, porque en estos casos se calificaba a la madre de no capacitada para trabajar.
Si era la abuela la que llevaba al niño, era ella la asesinada junto al niño.


La situación era especialmente grave para las mujeres embarazadas.
Al principio eran enviadas directamente a las cámaras de gas.
Sin embargo también había partos clandestinos en el campo.
En la mayoría de los casos las mujeres morían de septicemia.
En cualquier caso, el recién nacido no tenía casi ninguna posibilidad de sobrevivir.
Los médicos de las SS y sus ayudantes arrebataban el niño a la madre y lo asesinaban.
Las madres totalmente debilitadas por el hambre, el frío y las enfermedades, muy a menudo no podían ni siquiera evitar que las ratas mordieran, royeran o incluso se comieran a sus hijos.


En el campo de concentración de Auschwitz I (campo central), a los presos se los alojaba en antiguos cuarteles de ladrillo.
Había 28 bloques.
No todos estaban destinados a los presos.
Cada barracón disponía de dos pequeñas habitaciones y 60 paredes divisorias, entre las que se encontraban literas compuestas por tres camastros respectivamente con un total de 180 plazas.



Cuando había muchos presos dormían 45 presos en vez de 15 en cada una de las literas.
En los barracones de ladrillo los camastros estaban cubiertos con una fina capa de paja.
En los barracones de madera había sacos para dormir; eran de papel y estaban rellenos de paja y viruta. Además a los presos también se les entregaban mantas.


En ninguno de los barracones de Birkenau había instalaciones sanitarias.
La humedad, los tejados deteriorados y la paja sucia empeoraban todavía más esta situación.
Muy raras veces los presos tenían la posibilidad de bañarse.
Tenían que desnudarse ya en los barracones, y desnudos, - expuestos a la intemperie - eran conducidos a empujones a los baños.
Tenían que hacer sus necesidades en letrinas primitivas y desprotegidas.
Varias decenas de miles de presos disponían de muy pocas instalaciones sanitarias.



En el campo de concentración Auschwitz II (Birkenau) había diferentes tipos de barracones - de ladrillo y de madera (antiguos barracones-caballerizas con diminutos tragaluces).
Con excepción de dos ventanas abatibles, las restantes 17 ventanas no se podían abrir.




Tras pocas semanas los presos se encontraban en un estado de total agotamiento debido a las raciones demasiado escasas y al agobio que significaba esperar por la comida en la cola.
Puesto que un solo preso-funcionario estaba encargado de repartir la comida a cientos de presos, los que estaban al final de la cola, debilitados, muy a menudo no recibían comida alguna.
A aquellos presos que llegaban a algún tipo de acuerdo con los presos-funcionarios o con las SS, se les trataba con preferencia en el racionamiento de las comidas.
Otra forma de castigar a los presos era reduciéndoles las raciones o privándoles totalmente de comida.
La esperanza de vida de un preso "normal" se veía muy mermada por las raciones demasiado escasas así como los trabajos duros que tenía que realizar.


El trabajo de los presos estaba encaminado al exterminio total.
Con excepción de unos pocos edificios que ya existían con anterioridad, el campo de concentración de Auschwitz y gran parte de las instalaciones industriales adyacentes fueron construidos por los propios presos.


En lo que más insistían las SS era en someter a los presos a esfuerzos sobrehumanos, obligándoles a trabajar en un tiempo récord, para "quebrarlos" y causarles una muerte tortuosa.
El lugar de ejecuciones en Auschwitz I era un patio protegido por dos muros, situado entre los bloques 10 y 11, en cuyo fondo se encontraba un paredón pintado de negro.
Delante del paredón habían echado arena, que servía para absorber la sangre de los fusilados, que debían comparecer desnudos y descalzos.


Sin embargo los fusilamientos no sólo se llevaban a cabo en el paredón negro.
Cualquier pretexto era válido para fusilar a los presos: si un preso no trabajaba lo suficientemente rápido, o si un hombre de las SS interpretaba la mirada de un preso como rebelde, o incluso si un vigilante o un oficial de las SS se aburría.
Cuando no se cumplía con la cuota prevista de muertes, recurrían a los fusilamientos.
La versión oficial era que estos presos habían sido fusilados por "intento de fuga".


En la plaza de revistas en Auschwitz I se encontraba un patíbulo, en el que se llevaban a cabo ejecuciones en presencia de todos los presos.
En la mayoría de los casos, en el patíbulo eran ejecutados aquellos presos que habían intentado fugarse.


El método más eficiente en el exterminio de seres humanos fue la muerte por gaseamiento.
Las SS se sirvieron del ácido cianhídrico, Zyklon B, el cual, en un espacio herméticamente cerrado, se evaporaba al contacto con el aire, provocando la muerte por asfixia. Una muerte lenta y dolorosa: vómitos, diarréas, sensación de asfixia... unos 20 minutos de sufrimiento y dolor...


Los primeros intentos de gaseamiento tuvieron lugar en septiembre de 1941 en las celdas de arresto del bloque 11 en el campo principal de Auschwitz.
Más tarde, el depósito de cadáveres junto al Crematorio I se utilizó como cámara de gas.


"La inyección letal" significaba ser asesinado con una inyección de fenol de 10 ccm, inyectada directamente en el corazón.
Las víctimas morían en el acto.
Los presos al igual que los niños seleccionados para la inyección letal tenían que presentarse en el bloque 20 del campo central.
Allí se les llamaba de uno en uno y se les mandaba sentarse en una silla del ambulatorio.
Dos presos sujetaban las manos de las víctimas, un tercero les vendaba los ojos.
Acto seguido, Klehr introducía la aguja en el corazón y vaciaba la jeringuilla. Así morían entre 30 y 60 personas a diario.


Nunca sabremos la cifra exacta de las personas asesinadas en Auschwitz, porque la mayoría de ellas, a la llegada al campo, desde la rampa, fueron llevadas directamente a la cámara de gas.


Sólo gracias a los informes de los supervivientes y conociendo estos hechos la historia cobra vida.
La magnitud de este aparato de exterminio aturde, y más aún sabiendo que las SS querían ir mucho más lejos.


Desde ese día, os aseguro que no soy el mismo.
Mi sentimiento esta dañado y mi mente confusa.
No obstante, mi interés en cuanto este tema ha crecido y siento necesidad de saber más...

16 comentarios:

Tamara dijo...

Dijo el autor del libro del que te hablé en el post anterior que allí, en el campo de concentración, "La imaginación es el único paraiso del que nadie puede separarnos".
Que dura debía ser la vida allí, tanto que me es imposible imaginarla, ni expresarla con palabras, tal vez era preferible morir el primer día y no aguantar todo aquello. Y en cuanto a las madres que las mataban por llevar a sus hijos en brazos, preferiría eso, a dejarle solo y no saber que han hecho con él.
Gracias por aportarnos un poquito más de historia.

Mabel dijo...

Tanto horror te desgarra el alma, como los mataban, las madres y sus hijos, las mujeres embarazadas, como es posible tanta mansalva, Dios mío!!, que sufrimiento!.Creo que el mejor homenaje a estas víctimas es que nadie, pero nadie nunca deje en el olvido todo el dolor y el horror que han sufrido.
Creo que después de visitar ese lugar se produce un antes y un después, en la forma de pensar y de ver las cosas, debe producir un impacto muy grande.
Gracias Ricard, por recordar y compartir con este material un hecho tan lamentable de la historia.
Un fuerte y cariñoso abrazo para los dos.
Mabel

PATIRILI dijo...

Es la naturaleza humana, somos MALOS. BESINOS

Verónica Calvo dijo...

Si todos visitáramos ciertos lugares de horror seguro que se iniciaba un profundo cambio.
A mi no me entra en la cabeza que un ser humano pueda hacer eso a otro ser humano.

Besos Ricard

Anónimo dijo...

Ricard muy fuerte todo lo que nos cuentas y las fotografias del lugar, terrible.
Es un hecho muy lamentable que existieran personas con ideas tan espantosas en la cabeza y que se llevaran a cabo tantos asesinatos.
Nunca debio pasar, pero es cierto que nunca debemos olvidar.
Un abrazo Ricard, espero que pronto te sientas mejor.

Unknown dijo...

No puedo imaginarme ni remotamente el dolor, esperando jamás se vuelva a repetir semejante delito, por eso el museo, los pasajes.

Abrazos!

fus dijo...

yo he visitado auschwitz-birkenau y os puedo asegurar que en ese entorno aùn se puede notar el horror y la impotencia que se siente cuando te encuentras frente a objetos que pertenecieron a tantas personas asesinadas. Creo que deberiamos pasarnos por alli de vez en cuando y valorar a lo que se puede llegar cuando la intolerancia y el poder son ejercidos por mentes enfermas.....un abrazo...fus

romi dijo...

Hola Ricardo, que tristeza, no entiendo como pudo existir gente con esa maldad para hacer daño a tantas personas indefensas.

Besos

Unknown dijo...

Es increíble la capacidad de odiar que tiene el ser humano; Y es que no solamente los torturaron, mataron el alma de un pueblo, hasta que sus cuerpos no pudieron más. Las fotos son impactantes, se puede percibir el dolor, la frustración...

Muy buen reportaje.

Olguita
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Carmen Rosa dijo...

Hola RICARD
Muchas veces suceden cosas que no podemos comprender desde ningún punto de vista y ésta es una de ellas. Realmente me quedo sin palabras, no me parece real, pero lo es. Entiendo tu confusión y el que te sientas tan mal, espero y deseo logres armonizarte.
Un beso

antonio dijo...

Cuanto horror e impotencia se sebe sentir al visitarlo.
Una visita a estos sitios no vendría mal a algunos dirigentes.

Abrazos y saludos afectuosos!

Amelia dijo...

No me cabe en la cabeza que todo ese horror sea pensado por seres humanos. Y que aún haya gente simpatizante de la idea nazi...

Muy dura la entrada Ricard, esta claro que se debe de conocer nuestra historia para poder avanzar, pero yo que tengo mis dos niñas solo el pensarlo me causa dolor.

Debe de respirarse un aire agrio, triste allí, imposible estar relajado observando todas esas naves, esos barracones, esas alambradas ...

Eres valiente Ricard. Un beso. Amelia.

rosa dijo...

Ricard comencé a leer y te cuento que no pude leer todo me da no cé que , esto nunca más!!!!! besitos

Alma Mateos Taborda dijo...

Duele mucho saber de cuánto es capaz la raza humana. Estos horrores conmueven y estremecen como el primer día. Saber que tanta gente murió luego de tanto sufrimiento físico y psíquico. Ojalá nunca vuelvan a repetirse hechos tan tremendos que llagan el alma. Aunque duela es necesario saberlos para que la historia no se repita. Muy buen post. Un abrazo.

Mariluz GH dijo...

La estupidez humana no tiene límites, amigo mío. Lo hemos constatado a lo largo de los siglos y ¿sabes? con los avances tecnológicos actuales la crueldad lejos de disminuir, va en aumento.

Magnífico reportaje nos traes y que hay que difundir para dar a conocer y convencer a quienes ¡todavía! dicen que todo fue un montaje y jamás existieron los campos de concentración y las cámaras de gas. ¡Fanáticos estúpidos!

un gran abrazo

Mª Trinidad Vilchez dijo...

Fortísimo post y menudas fotos tan estupendas, y te debías de poner enfermo visitando semejante sitio, el corazón se me ha encogido...
Un abrazo que blog más bueno Ricard
Un abrazo y gracias Mari Trini.

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