UNA CHISTERA…

                                              

…pero no una cualquiera.

Es la de un mago. Ese elemento mágico e inalcanzable que es como un pozo de los deseos, una caja mágica o un baúl de sorpresas.

Y de su interior, a golpe de varita y de unos “abracadabras” van surgiendo los deseos más codiciados.

Para empezar, y con un redoble de fondo, surge de ella el conejo blanco de la felicidad. Sonriente y cargado de ilusiones para todos vosotros, espectadores de excelencia en este music-hall interactivo.

Ahora va el segundo truco.

Introduzco la mano con mi guante blanco y removiendo un poco…Zas!!!

Un precioso pañuelo rojo, que agito seguidamente.

Miles de estrellitas se desprenden de él.

Cada una es un deseo.

Se están dispersando.

Seguro que te ha llegado una a través de tu pantalla.

Mi estrella y mi mejor deseo son para todos esos niños sin hogar de la ciudad de Puerto Príncipe. ¿Cuál es tu estrella y tu deseo?...

Muestro mi chistera de nuevo, la agito suavemente…y de repente, una preciosa paloma de alas blancas.

No deja de volar a mí alrededor.

Es evidente que no podía faltar en este escenario.

Nos trae la paz y la solidaridad.

Pues ala!!! A volar… A volar muy alto.

Despliega tus alas blancas e ilumina los lugares por donde pases.

Para terminar, el truco final.

Pido de nuevo un gran redoble y el silencio de público.

La iluminación ha de ser especial.

Sólo necesito un gran cañón de luz blanca.

De nuevo muestro mi chistera, un toquecito con mi bastón y a la de tres.
Una…

Dos…

Tres…

Luz, música y color!

Surge el más variado surtido de confeti y serpentinas multicolor que fluye como una gran fuente del interior de mi chistera!!!

Regalitos para los pequeños.

Cuentos y libros para los que ya saben leer.
Caramelos y dulces para los más golosos.

Palomitas de maíz para los que están tristes, y almendras garapiñadas para los que necesitan motivación.

Y con este gran número de magia me despido hasta el próximo espectáculo.