Hoy ha sido el dia de Sant Jordi, y aquí, en la tierra que me vio nacer, es un día especial, por aquello de que se regalan rosas las personas que se quieren, pero sobre todo porque es el día del año en que se venden más libros.
Me encantan los libros y me encanta este día, pasear por la Rambla, disfrutar del colorido de la flores, de su olor, pero sobre todo de las paradas llenas de libros.
Permitirme que os cuente un cuento que leí en uno de tantos y que espero que, como a mí, os guste.
A la entrada del mercado se reunían toda clase de mendigos.
Me llamó especialmente la atención una anciana llena de andrajos que parecía la más pobre de todos.
- Por favor -gemía-, llevo tres días sin comer.-Me dio pena verla.
Rebusqué en mis bolsillos y le di dos monedas.
Esperé observándola y escondido en una esquina hasta que se levantó, con el propósito de seguirla y ver en qué invertía limosna.
Despacio y cansina, la anciana avanzó lentamente entre la multitud que abarrotaba el mercado. Durante unos momentos la perdí de vista, y cuando volví a verla, caminaba ya mucho más alegre, apretando con cuidado un bulto que guardaba bajo sus ropas viejas y desgastadas.
Tomó un callejón lateral que salía del mercado y desembocaba en una especie de plaza calurosa y polvorienta. Allí, sentada a la sombra del único árbol que daba sombra, la mujer levantó la túnica y sacó un mendrugo de pan y una magnífica rosa roja. Hizo una mueca que debía ser una sonrisa, al tiempo que comenzó a ablandar el pan con sus encías desdentadas.
La contemplé mientras deshizo el mendrugo lentamente y, poco a poco, se fue comiendo hasta la última migaja mientras observaba la rosa con ojos brillantes.
Después, una expresión de paz se reflejó en su rostro.
No pude evitar acercarme a ella y le pregunté:
- Anciana, ¿cómo es posible que alguien tan pobre como tú haya derrochado una de las dos monedas que le di en una rosa?
La anciana me miró desde sus cien años de sabiduría y dijo:
- Tenía dos monedas. Con una compré con qué vivir. La otra la gasté para tener por qué vivir…
Durante el dia de hoy muchas de esas rosas darán motivos por los que vivir a muchas personas y les demostraran que alguien las quiere y piensa en ellas.
En estos tiempos en que la tristeza parece haberse colado como inquilina no deseada en muchos hogares, la depresión es una de las enfermedades mayoritarias y los antidepresivos son los medicamentos más vendidos por encima de cualquier otro.
No hace falta tener grandes motivos para seguir en la brecha, pero hay que tener el motivo necesario para lograrlo.
Es cuanto necesitamos motivación con mayor urgencia, encontrarla depende de cada cual y de su forma de sentir.
Yo la encuentro escribiendo en este momento, leyendo vuestros blogs, vuestros comentarios y precisamente hoy regalando a cada uno de vosotros una preciosa rosa roja.
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11 comentarios:
Cuánto sentimiento en esta entrada, Ricard. Impresionante!
Besos
Bella la historia, me llevo una, muchas gracias!
Besos, buen fin de semana :)
Tomo la mía Ricard!
Gracias!
Saludos!
Que bonito Ricard, muchas gracias.
Me ha encantado que hoy mi hija al bajarse del autobús escolar, me ha contado a su manera (con 4 años), que hoy es el día de San Jorge y la tradición del libro y la flor.
Besos
Ricard te tomo la palabra y me llevo mi rosa, muchas gracias me alegraste la tarde, que lindo lo que te dijo la ancianita.
Mi esposo se llama Jorge asi que a la cena y con tu permiso le contare esta bella historia.
Te dejo un abrazo y un beso, féliz fín de semana.
Gracias, Ricard, yo también me llevo la mía.
Besito
que hermosa historia
Lo más bonito, Ricard, es que gracias a los catalanes se va extendiendo esta hermosa costumbre (y yo no soy de regalar flores, pobres, que las quiero en tierra.
Un besito.
Hola Silvia y Patu. Me ha hecho mucha ilusion ver vuestro comentario y que cojais vuestra rosa, que tambien tenia reservada para vosotros.
Sigo vuestro blog y me intereso por Patu, pero no se el motivo, pero no puedo nunca dejar mensaje en vuestro blog.
Ricard.
Gracias Marina, Graciela, Antonio, Maria, Lenore, Mariola y uVe por estar siempre ahi.
Besitos.
Ricard: q hermosa historia!. Mi mamá era devota de San Jorge, cuando se cumplia esta fecha iba a su iglesia (queda a unos barrios de distancia del mio) y le prendia una vela a su imagen. Yo spe la acompañaba. Asi q luego de su partida me he quedado con su estampita que tan fielmente ella guardaba y siempre le rezo por mi Valentin.
Gracias por la rosa, si me permitis me llevo una, jeje!
Besos gigantes!
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