PON UN OSO EN TU VIDA

Paseando por una de las grandes avenidas de Copenhague, justo al pasar junto a la entrada del gran parque de atracciones Tívoli , me sentí atraido por un establecimiento que además de curioso, invitaba a entrar en su interior.

Al principio, me quede dudando sobre los articulos que se ofrecian.
Muy ordenadamente y colgaditos en sus correspondientes pechitas se exponian un sinfín de trajecitos de tallas muy pequeñas.
Cabia la posibilidad de que se tratara bien de ropa infantil o de ropa para muñecas.

Mi curiosidad aumento al comprobar que no se observaban muñecas por ningún lado.

Por otro lado, una gran variedad de ositos de todos las medidas y modelos se exponían ordenados y clasificados ataviados con los mas diversos modelos, desde los mas modernos e informales a los mas clásicos y señoriales.

Mis dudas se disiparon al contemplar una gran maquina de muchos colores que daba vueltas sin parar, removiendo constantemente algo como algodón.
Mas tarde comprobé que se trataba del algodón para rellenar los ositos.

Los niños podían elegir su osito favorito, del modelo que mas le gustase y con las expresiones mas diversas.
En el mismo instante empezaba su fabricación con un detalle muy importante: El corazón del osito.
Cada niño elige un corazón que el mismo introduce en el interior del peluche antes de fabricarlo.

Delante del niño, se elabora paso a paso su osito, que se convertirá en su mascota favorita.

Una vez fabricada, el niño personalmente, peinara al osito y dara volumen a su pelo con unos secadores especiales similares a unas duchas de aire.

Por ultimo elegirá su ropita, zapatitos mantitas, canastillas y todo lo necesario para que el recien llegado tenga todo lo necesario para ser feliz en su nuevo hogar.

En las imágenes que os adjunto podréis observar el despliegue de articulos que podrán encontrar en el sorprtendente establecimiento llamado “BUILD-A-BEAR WORKSHOP”, en la capital de Dinamarca.
Poco antes de salir del establecimiento me dijeron que no se podian hacer fotos, aunque me temo que ya,  fue demasiado tarde...