RODAJE EN GINEBRA

Paseando por las calles del casco antiguo de la maravillosa ciudad Suiza de Ginebra, acontecía lo inimaginable dentro de lo imaginado.

Como recién salidos del mismísimo cuento de “El traje nuevo del emperador” gran cantidad de personajes ataviados con los más representativos trajes del siglo XVII, invadían las calles y deambulaban por el casco antiguo de la ciudad.

Evidentemente, se trataba del rodaje de una película y por supuesto, algo que yo, no me podía perder.
Quería observar hasta el más mínimo detalle del vestuario utilizado y todos los pormenores del rodaje, que a pesar de repetirse infinidad de veces, resultaba de lo más divertido.

En algunas de las ocasiones, de repente, oía un murmullo bajito al oído. Se trataba de algún miembro del equipo me decía en francés algo así como: “disculpe caballero, pero debería usted salir de plano de rodaje”.
Yo entendía perfectamente el francés, pero en ese caso, ponía la cara extranjero y de no entender nada.

El caso era estar lo mas cerca posible y observar el entramado.
Fue una experiencia sorpresa y un marco incomparable, que convirtió la primera etapa del viaje en algo bien difícil de olvidar.

“Las tierras pertenecen a sus dueños, pero el paisaje solo es de quien sabe apreciarlo”