KARLSKIRCHE

Una de las joyas de Austria es la Iglesia de San Carlos Borromeo o Karlskirche.
Es una de las edificaciones más grandes y más interesantes de Viena.
Fue un encargo del emperador Carlos VI en agradecimiento por una respuesta a su oración y fue diseñado para glorificar el imperio de los Hanbsburgo.
La construcción de la iglesia comenzó en 1715 siguiendo los planos de uno de los más famosos arquitectos del barroco austriaco Johan Bernard Fischer Von Erlach.
Se finalizo su construcción en 1737 y la mayoría de los frescos fueron pintados por JM Rottmayr.
Consta de un cuerpo central con una cúpula de 72 metros de altura y esta flanqueado por dos torres cuadrangulares.
Una de las experiencias más emocionantes experimentada en mis viajes fue precisamente en el interior de dicha iglesia.
Fue en Julio del 2008 cuando casualmente, por trabajos de recuperación y restauración de los frescos del techo, tuvimos la ocasión de encontrarnos con un inmenso andamiaje provisional por el cual se podia acceder hasta la parte mas alta de la cúpula pudiéndose casi tocar con las manos las obras de arte pintadas por todo el techo de la catedral.

La experiencia fue impresionante y sorprende de gran manera contemplar las pinturas de cerca, que siendo diseñadas para contemplarlas desde una gran altura, sus trazos son mucho más grandes y menos difuminados.

Se recomienda no mirar hacia abajo estando en los andamios superiores, aunque os aseguro que mi mayor deseo era llegar hasta lo mas alto de la cúpula para mirar hacia abajo.
Desde esa altura, las personas que visitaban el templo se parecían mas a unas hormiguitas que a seres humanos.

Me resulto muy curioso observar en las cornisas y en las repisas de las columnas objetos y monedas depositados supuestamente por los visitantes, con el riesgo de no acertar y que el objeto caiga al vacio con el consiguiente riesgo que supondría si cayese sobre alguien.

Sin ninguna duda, una experiencia única.
Siempre he dicho que la mejor suerte que corre el viajero es estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado y por supuesto, no dejar escapara las ocasiones que vas encontrando por el camino.