UNA EXPERIENCIA INOLVIDABLE

Miles de experiencias acompañan mi vida inundándola de más vida.
Una de las más recientes  ha sido ayudar a una persona ciega que necesitaba un disfraz para acudir a una fiesta el día de carnaval.
Su nombre es Concepción, una señora de edad avanzada y completamente invidente.
No percibí su llegada, solo escuché entre el público una voz suave que me decía:
-Cuando me toque mi turno me atenderá usted si es tan amable.
Levanté la vista y comprobé que se trataba de una señora ciega y le dije que le atendía ahora mismo.
Le pregunte que necesitaba y me respondió:
-un disfraz de griega-
¿Cómo lo quiere?, le dije
-Que sea bonito y me quede bien-
Miles de dudas inundaron mi mente.
¿Le traigo varios y que elija ella?,..
¿Pero como? si no puede verlos…
Finalmente decidí buscar tres vestidos de griega que consideré más oportunos para ella teniendo en cuenta su edad.
Le explique detalladamente como era cada uno, de que color, de que tejido, que detalles tenia, mientras ella tocaba con sus ágiles manos las formas y detalles de los vestidos.
Ese momento, para mi fue único, maravilloso e inolvidable.
Mi elección era decisiva ya que insistía en que yo le ofreciera el que mejor le quedaba.
La señora confiaba plenamente en mí y fui sus ojos durante todo ese tiempo.
Finalmente elegí uno en tonos marrones y mostaza con unas cintas doradas.
Para darle un toque mas autentico le ofrecí una peluca de melena castaña recogida con dos trenzas en ambos lados.
Ella estaba muy contenta….
Y yo también.
Me dio su consentimiento para hacerle una foto que le regalé como recuerdo y después de tramitar su adquisición la acompañe a la puerta para que tomara un taxi ataviada con su disfraz de griega.

No hay mayor orgullo de ayudar a quien lo necesita y orientar a quien va perdido, porque estas experiencias, sin ninguna duda, enriquecen la vida, el corazón y la mente.