EL GRITO

Todavía recuerdo el ladrido de los perros….
Fue una víspera de San Juan de un año ya muy lejano….
Los bares y locales se preparan para una noche con mucho movimiento , mucho ambiente y mucho petardeo.
En mi caso, esa noche  la pasaría sin pena ni gloria en la terraza de casa con algunos  amigos-lapa que se invitaron ellos mismos para no perder la costumbre.
Adornamos la terraza con unos banderines del “todo a cien “ e instalamos el equipo de música en un extremo de la terraza.
A eso del medio día me dedique a elegir la música mas adecuada para una noche que se intuía de todo menos mágica.
Elegí los C.D’s que me parecieron mas animados y con poco volumen para no molestar al vecindario empecé a escuchar algunas canciones que me traian buenos recuerdos.
Me llamo la atención un C.D del desaparecido Tino Casal y me dispuse a escucharlo.
Creo que fue al tercero o cuarto tema que curiosamente empieza la canción un grito espeluznante.
Lo puse un par de veces para escuchar el curioso grito mas detenidamente y se me paso algo por la cabeza.
Llamemosle una broma o una travesura de adulto…
Decidi poner el grito al maximo volumen.
Imaginaos un grito enorme saliendo de los altavoces instalados en una terraza que da al interior de una isla de edificios.
Fue brutal…
Tengo que confesar que yo mismo me asuste.
Empezaron a asomarse todos los vecinos a los balcones y ventanas y todos los perros del vecindario empezaron a ladrar.
Inmediatamente me escondi dentro de casa para que nadie me viera y no pensara que estoy loco.
Pues confirmo que aquel grito fue magico y tuvo el mismo efecto que si hubiera salido de mi garganta.
Expulsé todo el cabreo contenido.
La verdad, es que eso fue lo mas divertido que aconteció en aquella verbena que fue de todo menos mágica.