LA DAMA RUBIA

Os voy a contar algo que me tiene muy desconcertado.
Durante toda la semana pasada mi tía Paca se debatía entre la vida y la muerte.
Por el centro hospitalario donde estuvo ingresada pasaron muchos amigos y familiares.
Mi madre y mi tía Carmen estuvieron en todo momento a su lado tanto de día como noche hasta el momento de su fallecimiento.
Yo iba todas las noches al salir del trabajo para verla y me sentaba a su lado deseando su recuperación.
En la habitación solo permitían dos visitantes, de modo que al entrar uno debía salir otro para cumplir la estricta normativa.
Esa noche me estaba despidiendo de mi madre y mi tía para irme a mi casa y de repente mi tía le pregunto a mi madre: ¿Quién es esa chica rubia que ha venido hace un rato?
¿Qué chica rubia?, le contestó.
Esa chica de melena rubia hasta la cintura y de unos cuarenta años más o menos.
Mi madre no recordaba su presencia.
Mi tía insistió. Ha entrado a la habitación, le ha cogido la mano y le ha dado un beso mientras apoyaba la otra mano en mi hombro.
Seguidamente se ha ido sin decir nada.
¿Estabas tu sola? , le pregunto mi madre.
No, también estaba mi cuñada Anita y salio de la habitación para que entrara ella.
Pues voy a llamarla para ver si se acuerda.
La llamo por teléfono y le pregunto si se acordaba de la mujer rubia.
Su cuñada Anita recordaba que salio para que entrara alguien pero no recordaba ni su cara ni su melena rubia.
Pensó que seria alguna amiga o familiar.
El caso es que nadie sabe quien fue aquella mujer de rubios cabellos y melena hasta la cintura que la visitó aquella noche.
Solo sabemos que precisamente aquella fue la noche que se fue para siempre.