Acertadísimo estuvo William Shakespeare cuando escribió la tan genial tragicomedia Romeo y Julieta.
No pudo elegir un lugar mejor y un entorno más romántico para que los eternos enamorados llevaran a cabo su conocido romance.
Durante mi estancia en la italiana ciudad de Verona, medieval donde las haya, no podía olvidarme de visitar tan emblemático lugar: el balcón de Julieta.
En el nº 21 de Vía Capello, se encuentra el enorme arco de piedra que nos da acceso a un amplio pasaje cuyas paredes están llenas de escritos, notitas y poemas de amor que han dejado los enamorados llegados de todos los lugares del mundo.
Hay tal cantidad de pintadas, que se hace muy difícil encontrar un huequecito para poder escribir algo.
¿Creéis que yo no deje el mío?...
Por supuesto que lo dejé.
Con un poco de esfuerzo, pero mi "posit" quedó pegado en una de las emblemáticas paredes.
Una vez pasado este pasaje, podemos encontrar dos importantes objetivos para visitar dignos de fotografiar para el recuerdo.
Por un lado, el famoso balcón de Julieta, donde ocurrieron los hechos (por 4 euros se puede acceder por la casa-museo).
Justo debajo, esta la estatua de Julieta, que con un poco de paciencia después de esperar la larga cola, podrás tocarle el desgastado pecho.
Esa parte me la salté, ya que no tuve ningún interés en tocar un pecho de bronce.
Recomiendo la visita, aunque el balcón de Julieta, es una de las tantas maravillas que podréis encontrar en la bellísima Verona ubicada entre las ciudades de Milán y Venecia.
viernes, 12 de junio de 2009
EL BALCÓN DE JULIETA
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1 comentarios:
A mi me da un poco de pena esa maravillosa obra de William Shakespeare, es un gran amor, pero triste su final.
Pero aunque no sea real siempre es emotivo visitar el lugar aunque sea ficticio.
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