El magnifico puente de Rialto, se alza majestuoso sobre El gran Canal de la ciudad de Venecia.
Infinidad de mercaderes montan diariamente sus puestecillos y tenderetes para vender recuerdos de la ciudad a los turistas y visitantes.
Voy a contar una historia que hace referencia a tan impresionante obra de arquitectura y que es, por supuesto, un icono para la inigualable ciudad.
Sebastiano Bartoloni, era un joven capataz que se ocupó de llevar a cabo la construcción de tan emblemático puente.
Cada noche sucedía algo muy curioso que le tenía muy preocupado.
Cada mañana al llegar al puente, aparecía una parte del mismo desmoronado y agrietado por todas partes, cayendo al fondo del Gran Canal.
Sebastiano estaba desesperado.
Una noche, decidió guardar vela junto al puente para comprobar cual era el motivo de tales desastres.
A las pocas horas de haber oscurecido, escuchó un gran estruendo.
Asustado, comprobó que parte del puente se precipitaba sobre las aguas el Gran Canal.
El hombre escuchó unas grandes y tenebrosas carcajadas.
Asustado, intentó divisar de dónde procedían las risas y divisó un ser enorme, vestido de negro y con una larga capa.
- ¿Quién eres y qué quieres? - dijo el chico.
- Te esfuerzas en vano - le contestó el misterioso ser - ningún hombre conseguirá construir este puente de piedra.
El chico comprobó que se trataba del mismísimo diablo.
- ¿Qué tengo que hacer para poder construir el puente? - le preguntó.
- Si quieres construir el puente, la primera persona que lo cruce una vez este terminado tendrá que ser sacrificada – le respondió
El muchacho no tenía más remedio que seguir adelante con el puente, ya que tenía una esposa en espera de su primer hijo y necesitaba el dinero para seguir adelante.
Dicho esto el diablo desapareció y, con él, los problemas con la construcción del puente.
Se acercaba el día de la inauguración del magnifico puente y Sebastiano tenía preparado un plan.
Decidió coger un gallo para que, al soltarlo, cruzara de un lado al otro del puente y así sacrificar al animal antes que a nadie.
Ordenó a uno de sus obreros ir a buscar un gallo para soltarlo lo antes posible.
El diablo, que estaba al corriente de todo, se vistió de obrero y fue a la casa del chico donde estaba su mujer esperando a su marido.
El diablo le dijo a su mujer que su esposo la estaba esperando al otro lado del puente y que debía reunirse con él, urgentemente.
Ella no lo dudó ni un momento y cruzó el puente lo más apresuradamente posible.
A la mañana siguiente la sirvienta de la casa fue a buscar al joven Sebastiano para darle una mala noticia. Su mujer había perdido el bebe.
Fue corriendo a su casa para reunirse con su esposa.
La mujer también estaba gravemente enferma.
Con grandes esfuerzos la mujer dijo al muchacho que fue al puente tal como le ordenó uno de sus obreros para reunirse con él, pero que no logró encontrarlo en el lugar indicado.
Dicho esto, la mujer falleció
El pobre muchacho ante la desesperación salió corriendo de su casa en dirección al puente y, desde lo más alto, empezó a gritar todo tipo de maldiciones contra el diablo. Con tal desesperación que perdió el equilibrio y su cuerpo cayó a las aguas del gran Canal y, un gran remolino, se tragó al muchacho.
A pesar de presenciar el acontecimiento infinidad de personas y de que algunas se lanzaran a las aguas para rescatarlo, su cuerpo nunca fue hallado.
Se dice que su cuerpo vaga por el puente durante las frías noches de invierno buscando al diablo para vengarse de el….
Infinidad de mercaderes montan diariamente sus puestecillos y tenderetes para vender recuerdos de la ciudad a los turistas y visitantes.
Voy a contar una historia que hace referencia a tan impresionante obra de arquitectura y que es, por supuesto, un icono para la inigualable ciudad.
Sebastiano Bartoloni, era un joven capataz que se ocupó de llevar a cabo la construcción de tan emblemático puente.
Cada noche sucedía algo muy curioso que le tenía muy preocupado.
Cada mañana al llegar al puente, aparecía una parte del mismo desmoronado y agrietado por todas partes, cayendo al fondo del Gran Canal.
Sebastiano estaba desesperado.
Una noche, decidió guardar vela junto al puente para comprobar cual era el motivo de tales desastres.
A las pocas horas de haber oscurecido, escuchó un gran estruendo.
Asustado, comprobó que parte del puente se precipitaba sobre las aguas el Gran Canal.
El hombre escuchó unas grandes y tenebrosas carcajadas.
Asustado, intentó divisar de dónde procedían las risas y divisó un ser enorme, vestido de negro y con una larga capa.
- ¿Quién eres y qué quieres? - dijo el chico.
- Te esfuerzas en vano - le contestó el misterioso ser - ningún hombre conseguirá construir este puente de piedra.
El chico comprobó que se trataba del mismísimo diablo.
- ¿Qué tengo que hacer para poder construir el puente? - le preguntó.
- Si quieres construir el puente, la primera persona que lo cruce una vez este terminado tendrá que ser sacrificada – le respondió
El muchacho no tenía más remedio que seguir adelante con el puente, ya que tenía una esposa en espera de su primer hijo y necesitaba el dinero para seguir adelante.
Dicho esto el diablo desapareció y, con él, los problemas con la construcción del puente.
Se acercaba el día de la inauguración del magnifico puente y Sebastiano tenía preparado un plan.
Decidió coger un gallo para que, al soltarlo, cruzara de un lado al otro del puente y así sacrificar al animal antes que a nadie.
Ordenó a uno de sus obreros ir a buscar un gallo para soltarlo lo antes posible.
El diablo, que estaba al corriente de todo, se vistió de obrero y fue a la casa del chico donde estaba su mujer esperando a su marido.
El diablo le dijo a su mujer que su esposo la estaba esperando al otro lado del puente y que debía reunirse con él, urgentemente.
Ella no lo dudó ni un momento y cruzó el puente lo más apresuradamente posible.
A la mañana siguiente la sirvienta de la casa fue a buscar al joven Sebastiano para darle una mala noticia. Su mujer había perdido el bebe.
Fue corriendo a su casa para reunirse con su esposa.
La mujer también estaba gravemente enferma.
Con grandes esfuerzos la mujer dijo al muchacho que fue al puente tal como le ordenó uno de sus obreros para reunirse con él, pero que no logró encontrarlo en el lugar indicado.
Dicho esto, la mujer falleció
El pobre muchacho ante la desesperación salió corriendo de su casa en dirección al puente y, desde lo más alto, empezó a gritar todo tipo de maldiciones contra el diablo. Con tal desesperación que perdió el equilibrio y su cuerpo cayó a las aguas del gran Canal y, un gran remolino, se tragó al muchacho.
A pesar de presenciar el acontecimiento infinidad de personas y de que algunas se lanzaran a las aguas para rescatarlo, su cuerpo nunca fue hallado.
Se dice que su cuerpo vaga por el puente durante las frías noches de invierno buscando al diablo para vengarse de el….
3 comentarios:
Cómo me gustan tus historias!!!!
Pero no hay nada mejor que verte y poder compartir contigo pequeños y dulces momentos de nuestras vidas.
Gracias por estar conmigo.
Besos
Tus historias son increibles, maravillosas, y me dejan siempre con ganas de saber más sobre ellas.
Con cariño
Me ha encantado, que historias mas maravillosas, son fabulosas, como me han gustado de verdad,una pasada. Besos
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